lunes, 24 de mayo de 2010

"La solución final"


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1263826

En pleno fervor bicentenario, Cristina Kirchner encontró un momento de gran esparcimiento, como sugiere la foto que acompaña la nota del diario La Nación del miércoles pasado.

Parecería ser que la "señora" se dirigió a la Villa 31 a ¿celebrar? el crecimiento y expansión de ese lamentable asentamiento.


A lo largo de su excelsa (como siempre) alocución, se despachó con que "La transformación que ha experimentado este espacio, que se traduce en ladrillos, en construcción de mampostería, en chapas, implica y expresa la profunda transformación que ha tenido el país en estos años". Es decir, halagó y felicitó al emprendimiento inmobiliario desarrollado como consecuencia de la más absoluta necesidad por la que puede atravesar una familia, traducida en la falta de una vivienda; en la falta del cobijo y protección que la humanidad demanda desde que el hombre de Neanderthal se instalaba en cavernas.

Pero en algo tuvo razón: la "profunda transformación que ha tenido el país en estos años" es cierta. Lamentablemente, la transformación que ella halaga es aquella que convirtió a miles de personas en lo suficientemente pobres como para tener que mudarse a la villa 31, por ejemplo.

Así, el hecho merece un análisis desdoblado. Por un lado, meditar sobre las consecuencias de lo sucedido como prueba material de una hipótesis que vengo sosteniendo desde hace ya un tiempo; y por el otro, como ejercicio de interés psicológico para intentar al menos despuntar la magnitud de la incompetencia y malicia de esta mujer. Esta segunda perspectiva me excede
ampliamente, por lo que no será objeto de este comentario.

Mi hipótesis es que Kirchner y sus acólitos tienen un sólo objetivo: la perpetuación en el poder.

Estimar para qué pretenden esa perpetuación también excede largamente mis capacidades analíticas ya que no tengo entrenamiento en psicología o psiquiatría. Así que me limito a esbozar que, por las características del ejercicio del poder que vienen haciendo desde hace 27 años, el matrimonio y sus amigos tienen una desmedida y desmesurada ambición de permanencia en el cargo y en el poder formal y material.

Si bien no cuentan con una camarilla de intelectuales serios que les brinde el soporte intelectual suficiente y las herramientas dialécticas necesarias para la fundamentación de sus políticas, saben -por instinto, tal vez- que esas ambiciones chocan de frente con los mecanismos democráticos y republicanos que abraza la Argentina tanto en lo formal -por imperio de la Constitución Nacional- como en lo material -por el proceso democrático reiniciado en 1983-.

En consecuencia, saben que lograr el objetivo que persiguen, en medio de las desventajosas condiciones que la República y la Democracia les representan les demandará un sustantivo esfuerzo para acceder a los votos necesarios. Los caminos, entonces, se achican pero el mismo sistema les facilita las alternativas que consisten en: 1) contar con dinero suficiente, 2) para
comprar votos.

Por supuesto que el dinero suficiente no es el dinero propio de cada uno de ellos, o aquel que en países más civilizados proviene de aportes y donaciones de empresas e individuos afectos al proyecto propuesto por el políticio en cuestión. En nuestro caso, el dinero que utilizan Kirchner y su mujer es NUESTRO dinero, el que proviene de los impuestos que efectivamente pagamos quienes trabajamos produciendo bienes y servicios; y de la impresión de dinero que resulta en un coste silencioso y fatal, fundamentalmente para los que menos tienen: la inflación.

Identificado y solucionado el primero de los elementos indicados, resta advertir los mecanismos para efectivizar la compra de voluntades. A partir de ahí el surgimiento de mi hipótesis: la única manera de concretar esta segunda instancia es contar con una masiva cantidad de personas dispuestas a vender su voto y convertirse en los clientes electorales que los Kirchner necesitan.

Por supuesto que para ser eficaz esta mecánica demanda que la base clientelar sea sustantiva y expandida, ya que es la cantidad y no la calidad de votos la que cuenta para definir una elección. Entonces, ¿cómo lograr esa expansión de voluntades dispuestas a ser transadas? Mediante la pauperización de la gente. Sólo aquellos individuos que estén en condiciones de extrema pobreza, que no tengan sus necesidades básicas (como, por ejemplo, la vivienda) cubiertas, que no alcancen los umbrales mínimos de desarrollo intelectual y físico (desnutrición), que no vislumbren un futuro promisorio, para ellos y para sus hijos, y que -en definitiva- se vean en la obligación de recurrir al asistencialismo que les proponen los Kirchner están en condiciones de intercambiar sus votos por el dinero (insuficiente) que el Estado (o sea, ellos, los Kirchner) pueda entregarles en contraprestación.

Indiscutiblemente que la metodología sería necesaria temporariamente, ya que la misma aportaría los elementos para convertir la democracia y la república en un sistema más eficiente al que, por ahora, tienen que apelar, en el que la vocación autocrática y absolutista de Kirchner pueda desplegarse más económica y eficazmente.

Así, toda política que promueva la seguridad jurídica que fomente la inversión -doméstica y extranjera- directa con la consecuente creación de puestos de trabajo genuinos, la que junto con un sistema educativo expansivo y pragmático que permitan el acceso a esos puestos de trabajo a la mayor cantidad de personas posible, no condice con el objetivo final perseguido por Kirchner y su capitalismo prebendario y de amigos. Mucha gente educada, con trabajo y dignidad, con salud, seguridad e integridad física y moral, y justicia real, la que deviene de la aplicación irrestricta e indeclinable del Estado

de Derecho (que, a su vez, es consecuencia directa del sistema republicano de división de poderes) sólo pueden atentar contra el objetivo final de perpetuación en el poder que esta caterba de traidores a la patria persigue.

La culpa no es enteramente de ellos. Quienes tenemos la bendición de contar con educación, salud y nuestras necesidades básicas satisfechas estamos obligados a desenmascararlos, y a trabajar férreamente, desde el lugar que nos toque ocupar, contra este perverso y canalla objetivo. Y estamos obligados por la moral de procurar la verdadera socialización de los
derechos, la que sólo puede provenir de expandir las libertades individuales, viendo en los que menos tienen una fuente inagotable de potencialidades que sólo pueden pasar al acto en tanto las condiciones en las que se desempeñen así lo permitan. Y nunca esas condiciones pueden ser aquellas que promuevan su perpetuación en la indigencia y el asistencialismo.

Los pobres son pobres, no inútiles ni inhábiles. Son tan o más capaces que cualquiera de los no-pobres, y como sujetos de derecho, como individuos, deben ser respetados materialmente, más allá de las declamaciones condescendentes y caricaturizado como aquello "políticamente correcto".

En ese marco, la envergadura de la bestialidad de la que da cuenta la nota del diario La Nación no puede más que rebelarnos contra los Kirchner y su política nefasta. "A buen entendedor, pocas palabras", y en este caso, las palabras de Cristina Kirchner no pueden mas que interpretarse como el guiño cómplice a la hipótesis que sostengo. Su alegría por el crecimiento de la Villa 31 es, nada más y nada menos, que la confirmación del fin último perseguido por esta casta de delincuentes, que con absoluto desprecio por los otros, que se pavonea disfrazando miserias con ropajes de éxitos.

viernes, 14 de mayo de 2010

¿Cuál es el verdadero objetivo?


LOS EMBAJADORES SE REUNIERON EN DIPUTADOS CON LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES


La Unión Europea confirmó que hará un trato recíproco si se cierran importaciones
Fue el tono que sobrevoló las dos horas del encuentro entre los 24 diplomáticos y los diputados. Analizaron además la próxima cumbre UE-Mercosur y la cuestión de Malvinas

NOELIA BARRAL GRIGERA Buenos Aires ()

http://www.cronista.com/notas/231291-la-ue-advirtio-al-gobierno-que-no-frene-las-importaciones-alimentos

http://www.cronista.com/notas/231293-la-vigencia-la-ley-no-escrita

http://www.cronista.com/notas/231295-moreno-quiere-mejorar-saldo-comercial

http://www.cronista.com/notas/231296-brasil-denuncio-que-la-aduana-demora-camiones-alimentos

http://www.cronista.com/notas/231497-la-union-europea-confirmo-que-hara-un-trato-reciproco-si-se-cierran-importaciones

http://www.cronista.com/notas/231292-moreno-provoca-una-paralisis-preventiva


Guillermo Moreno? No... Salomón,jefe de la mazorca rosista

En su edición de ayer (y continuando con la de hoy) El Cronista hace un reporte profuso sobre la situación impuesta de facto por Guillermo Moreno, prohibiendo la importación de alimentos.

Con total soltura El Cronista informa que esa prohibición no surge de ninguna norma formal escrita, emanada de órgano competente y hecha pública en el Boletín Oficial, con lo que la imposición ordenada telefónicamente por el "brazo armado" de Kirchner es una más de las tantas flagrantes violaciones a la Constitución Nacional a la que este gobierno nos tiene acostumbrados.

Desde lo formal, se violan los Artículos 14, 17, 18, 19, 27, 29 y algún otro que seguramente se me estará escapando. Pero de todos ellos, creo que la violación más patente es la que afecta al princpio de legalidad, afianzado en el segundo párrafo del Artículo 19.

¿Y en qué consiste este "principio de legalidad"? Para qué sirve? Para, nada más y nada menos, que evitar el abuso del Leviatán, y protegernos de la arbitrariedad de los actos de gobierno. Por el momento, el recurso no viene funcionando.

Según la Real Academia Española, arbitrariedad es aquel "acto o proceder contrario a la justicia, la razón o las leyes, dictado solo por la voluntad o el capricho". Pocas veces una conducta más finamente encuadrada en su definición.

La tropelía de Moreno ofende al más básico principio y criterio de justicia, sin mencionar el abuso y atropello que significa a la libertad.

Todas las mañanas, un milagro se produce. Cientos de individuos se levantan y se preparan para ir a trabajar. En este caso puntual, son personas que cumplen distintos roles en empresas alimenticias. Algunos son operarios de Producción, otros son Administrativos, otros forman parte del cuerpo gerencial, pero todos, en uno u otro puesto, se agrupan circunstancialmente para alcanzar el objetivo: vender productos alimenticios. En realidad, el objetivo de cada uno de ellos individualmente será el generar recursos propios, que después destinaran al consumo de aquello que más valoren.

Otras, se levantan a la mañana y se preparan para ir a sus puestos de trabajo, que podrían tratarse de empresas que producen bienes y servicios que son, a su vez, vendidos a esas empresas alimenticias.

Así, en conjunto, cientos de miles de personas todas las mañanas se alistan para procurarse sus ingresos legítimos, en torno, directa o indirectamente, a las empresas alimenticias. Y esto sucede en Argentina, en Brasil, en Europa, en Asia, en Estados Unidos... Y el milagro es tal porque no hay una sola norma, ley o imposición normativa que las obligue a hacerlo. La "mano invisible" es la que, seguramente, hace sonar el despertador.

Pero, desde hace unos días, el milagro se vio conmocionado y seriamente afectado por voluntad de Kirchner y su mastín, Guillermo Moreno. Esos individuos acumularon la suficiente cantidad de poder como para interrumpir efectivamente, de facto, la consumación del milagro que permite que todos estos cientos de personas funcionen organizadamente en pos del objetivo último: generar ganancias (cada una de ellas, para sí mismas).

En consecuencia, la arbitrariedad, puede, como de hecho lo hace, revolvernos el estómago por su tremenda injusticia; puede rebelarnos por el atropello que signfica tanto a la ley natural que representa como valor la igualdad ante la ley, como a a ley fundamental positiva, por la irreverente indiferencia a sus postulados. Pero -en concreto- la arbitrariedad de Kirchner y su celador atentan de manera palpable y evidente la vida cotidiana de cientos de miles de personas que orbitan alrededor de las empresas alimenticias.

Y todo eso con respecto a las consecuencias inmediatas de la medida. A mediano-largo plazo, las arbitrariedades abrazadas y aplaudidas por las máximas autoridades del país tampoco van a resultar inocuas. No comprender, o no aceptar, que la seguridad jurídica es la única política de estado que no debería tener oficialismo y oposición, que debería ser la columna vertebral de toda la ciudadanía, de toda la Nación (no sólo del Estado) es dilatar el desarrollo y el crecimiento, hasta tanto la importancia del concepto se comprenda.

La criminalidad del acto no está dada sólo por la violación puntual de los derechos de propiedad de los dueños de las alimenticias que no pueden importar por designio del vocero de Kirchner, sino por las consecuencias nefastas para el resto de la población. Este tipo de instrumentaciones del poder absoluto nos afectan a todos: desincentivan la creación de empresas y expansión de las ya existentes, la inversión en bienes de capital y la creación de más y nuevos puestos de trabajo, haciendo que aquellas personas desempleadas que hubieran podido contar con empleos genuinos -en empresas alimenticias, por ejemplo- continúen en la pobreza y en el asistencialismo. Los consumidores también nos jodemos. Si antes queríamos / podíamos comernos un pancho con mostaza de dijon, por ejemplo, ahora ya no vamos a poder hacerlo. Y aún el Leviatán se arruina... porque seguramente eran unos dineritos interesantes los que en concepto de IVA le reportaban las delicatessen que venden los supermercados.

Y todo esto agravado por la imbecilidad aparente de la prohibición de importar alimentos. Según El Cronista, se exportaron U$S 22.000 Millones, y se importaron U$S 1.200 Millones. "Mejorar la balanza comercial" parecería ser un objetivo poco creíble con estas cifras (sin perjuicio de que estimo totalmente irrelevante la categorización "positiva" de una balanza comercial que muestre más exportaciones que importaciones).

Entonces, ¿cuál es el verdadero objetivo? qué persiguen Kirchner y sus cortesanos? cuál es la ventaja para ellos?

Por favor, si a alguien se le ocurre me lo comenta por mail?

Gracias!

lunes, 3 de mayo de 2010

La dispersión del capital


El sábado 1º de Mayo tuvo lugar en Omaha, Nebraska, Estados Unidos, la Asamblea de Accionistas de Berkshare Hathaway (BH), empresa insignia del millonario Warren Buffet.

¿Qué es lo llamativo del caso? Las autoridades empresariales tuvieron que disponer de un estadio deportivo para albergar a la totalidad de los accionistas convocados. Es decir, todos aquellos individuos que estaban habilitados a asistir y votar sobre el futuro de la empresa, en tanto en su carácter de accionistas son tan dueños de BH como el mismo Warren Buffet. En otra proporción, ciertamente, pero con los mismos tipos de derechos y obligaciones hacia BH que afectan a Warren Buffet.

¿Y qué consecuencias tiene esto para una nación? Cualquiera podría decir que es una cuestión que hace los intereses de la empresa y los accionistas. Sin embargo, no es así. La foto de la asamblea de accionistas de BH llevada a cabo en un estadio deportivo es estridente.... para los estándares argentinos; sin embargo, muchas otras Asambleas de Accionistas que tienen lugar en los Estados Unidos, tal vez no sean tan espectaculares como ésta (por tratarse de la empresa del magnate en cuestión, y por la necesidad edilicia que demandó la Asamblea), pero igualmente de impactantes por la convocatoria y asistencia.

Pero, yendo por partes, y volviendo a la pregunta ¿por qué es esto importante o no para un país? la respuesta es simple: por la difusión del capital.

A partir del descubrimiento de América las actividades marítimas de exploración y explotación de los nuevos territorios demandó una cantidad de capital sustantivamente más importante que la hasta entonces requerida. El desconocimiento de las rutas martítimas y los peligros de la actividad impusieron la consideración del "riesgo empresario". Así, capital y riesgo sirvieron de fundamento para la creación de una organización con vigencia hasta nuestros días: las sociedades comerciales.

Douglas North propone el análisis del proceso económico considerando a las "instituciones" como aquellas reglas de juego, formales e informales, costumbres, convenciones, acuerdos adoptados voluntariamente entre los individuos dentro de una determinada sociedad. Por otro lado, las diferencia de las "organizaciones" en tanto las segundas son los instrumentos ideados por los individuos quienes se agrupan bajo las formas ideadas, para lograr el objetivo común que los vinculen y se propongan.

Las sociedades comerciales son claros y regulares ejemplos de las "organizaciones" según la definición de North. Su origen responde a la creación espontánea en virtud de la necesidad de, por un lado, agrupar grandes cantidades de capital, y, por el otro, acotar el riesgo lo más posible. Las sociedades evolucionaron hasta lograr el estadio actual, en el cual las Sociedades Anónimas ("SA") se perfilan como el instrumento normativo más sofisticado (por el grado de desarrollo de la doctrina y la jurisprudencia sobre tema).

Así, las SA se organizan de manera tal de invitar a los inversionistas a formar parte de las mismas, aportando capital y limitando el riesgo de la empresa o proyecto al límite del capital aportado. Esos inversionistas reciben en contraprestación de sus aportes títulos representativos del capital aportado, denominado "acciones". De ahí que los inversores son, luego, accionistas. En consecuencia, a mayor cantidad de inversionistas, mayor dispersión del capital social de la empresa.

Las sociedades son, al final, cuerpos colectivos, entelequias que por ficción legal se constituyen como sujetos de derecho diferentes a los sujetos de derecho (individuos, u otras sociedades) que los componen. En tal sentido, el sistema de administración generalmente aceptado por las legislaciones occidentales capitalistas consiste en la toma de decisiones trascendentales para la vida económico-financiera de la empresa a través del sistema democrático de la mayoría de accionistas. Y he ahí la explicación de la fotografía que motiva este post.

Y luego de toda esta aproximación al tema, y retomando la pregunta inicial sobre cuál es la trascendencia que el asunto impone sobre una sociedad determinada, imaginemos que una persona interesada, pero completamente ignorante del tema, se preguntara cómo hizo Warren Buffet para convencer a semejante cantidad de personas de invertir en su empresa, BH. Y la respuesta se halla en el Mercado de Capitales, y en su función como lugar de encuentro de la máxima expresión corporizada de la oferta y la demanda. ¿De la oferta y la demanda de títulos valores en los cuáles invertir? Si, pero aún antes que eso, de la oferta y la demanda de ahorros.

Mientras las empresas son las que demandan capital (deficitarias), el público que dispone de ahorros o excedente de liquidez (superavitario) ansía encontrar propuestas comerciales en las cuales invertir ese excedente, o liquidez disponible.

Así, un mercado de capitales fuerte, vigoroso, activo demuestra varias cosas muy importantes para una nación, y también muy diferentes del hálito de negatividad que la "especulación" general (e injustamente) recibe. Por un lado, un Mercado de Capitales fuerte significa que existe una importante cantidad de empresas buscando financiamiento primario en este ámbito. A diferencia de la búsqueda de financiación bancaria, por ejemplo, la oferta de acciones representativas del capital legal de una empresa implica la invitación a correr los riesgos comerciales que los titulares del emprendimiento decidieron correr. Esto significa que existe una cultura emprendedora importante, en virtud de la cual la creatividad y la innovación se canalizan en proyectos productivos con -eventualmente- efectos positivos para la generalidad del mercado.

Además, y a diferencia de lo que sucedería con la financiación bancaria, la existencia de muchos empresarios procurando financiamiento en el mercado de capitales "democratiza" la posibilidad de obtener ganancias, si el proyecto en cuestión resultara lucrativo. Continuando con el ejemplo de BH, su página web informa que en el año fiscal 2009 esa empresa arrojó un resultado neto positivo de U$S 8.055 Millones*. Asumiendo que todos los bancos de los Estados Unidos y de Europa (considerados por su capacidad de préstamo) hubieran invertido los fondos requeridos por Warren Buffett, en lugar de la foto incluida, hubiéramos leído una noticia en la sección financiera de los diarios de negocios del mundo, informando que "los Bancos X, Y y Z tuvieron ganancias en el orden de los U$ xxxxx millones en conjunto, debido a sus inversiones realizadas en BH, de Warren Buffet,, empresa que, a su vez, arrojó una ganancia de U$ 8055 Millones para el año 2009".

Pero, ¿es Warren Buffet un angel de la guarda de todos esos miles de accionistas a los que prefirió como socios en BH, en lugar de los bancos que hubieran podido serlo? Definitiva y rotundamente NO. Warren Buffet persiguió su propio interés al procurar financiación en el Mercado de Capitales estadounidense, en tanto esa financiación le resultaría ciertamente mucho más económica (en el sentido de no costosa) que la disponible mediante el empréstito ofrecido por los bancos. Del mismo modo, los inversores que adquirieron las acciones de BH también perseguían su propio interés al momento de optar por arriesgar sus ahorros en esas acciones, en lugar de invertir en, por ejemplo, plazos fijos, o acciones de una pequeña e ignota empresa tecnológica de cualquier lugar de los Estados Unidos.

Pero para que toda esta mágica confluencia de ofertas y demandas tenga lugar es necesario que exista seguridad jurídica. Seguridad jurídica que se traduce en instituciones (en el sentido utilizado por Douglas North) sólidas, reglas de juego estables, imperio de la ley y -en definitiva- un Estado de Derecho en el cual tanto las empresas puedan optar entre obtener financiacimiento a través del Mercado de Capitales o mediante el sector bancario, como los inversores dispongan de tantas alternativas de inversión como sea posible, y adhieran a la que mejor represente sus intereses. Así, las reglas de juego estables servirían de marco dentro del cual todos los actores resultarían beneficiados, ya que las empresas accederían a financiamiento de la manera más eficiente posible; los inversionistas verían sus expectativas de inversión mejor representadas, y -en general- todo el mercado (consumidores en uno u otra punto de la cadena de producción) accederían a la mayor cantidad de bienes, y del modo más eficiente.

Debido a que en el Mercado de Capitales se apunta a la percepción de lo que doctrinariamente se dió en llamar "el ahorro público", es uno de los sectores (junto con el bancario) más estricta y sofocantemente regulado en la Argentina. El "bien jurídicamente tutelado" por las normas vigentes es siempre el ahorrista, el inversor (principalmente los minoritarios, los individuos), por lo que las exigencias regulatorias para los emisores de los títulos valores emitidos y negociados difícilmente puedan ser aún mayores a las existentes.

Mientras que la New York Stock Exchange** alberga 111 empresas del área Asia Pacífico, 72 de Canadá, 58 del área Bermuda/Caribe/Puerto Rico, 944 de Europa, 83 de Latinoamerica, 20 del área de Medio Oriente/Africa y 3915 de los Estados Unidos; la Bolsa de Comercio de Buenos Aires*** alberga 84 empresas cotizando sus acciones.

Anticipamos nuestra defensa a las críticas que esta comparación podría suscitar, y aclaramos que somos concientes de las sustantivas diferencias entre ambos mercados, tanto en materia de tamaño como de historia. Sin embargo, pretendemos utilizar este contraste para demostrar que no son las férreas regulaciones impuestas por el sistema legal argentino, y la laxitud o falta de tales regulaciones en el sistema estadounidense la causa fuente de tan impresionantes diferencias.

La Securities Act de 1933 y la Securities and Exchange Act de 1934 fueron los primeros ordenamientos conocidos en materia de oferta pública, imponiendo una regulación y control cada vez más estricto en la emisión y colocación de títulos valores en las bolsas norteamericanas. La Ley 17.811 (del año 1968) de Oferta Pública fue un espejo de esas disposiciones. Es decir, no son las regulaciones imperativas y exigentes las que determinan el éxito o el fracaso de un determinado mercado bursátil, en tanto todos ellos (al menos en Occidente) cuentan con un nivel de exigencia normativa bastante similar.

El Mercado de Capitales es el ámbito más transparente y eficiente en el cual las empresas pudieran buscar financiación. La historia reciente argentina ha llevado a que este Mercado experimente algunos períodos de crecimiento (como lo fue durante la década de los '90, con la privatización de empresas públicas y su correlativa cotización en Bolsa de parte de su capital); más la constante inestabilidad política y económica, la recurrente violación a los derechos de propiedad de los ahorristas por parte de los gobiernos, en sus distintas versiones, y el temor natural de perder, a manos -precisamente- de esos gobiernos, aquel ahorro disponible llevó a que el sistema bursátil argentino nunca alcanzara los objetivos de máxima a los que por su potencial podría aspirar.

En ese marco, ni los más heróicos intentos realizados por la Sección PyMEs de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en los últimos años, ni las más estrictas regulaciones protegiendo al inversor han servido para convencer a los ahorristas a invertir en los proyectos productivos que busquen financiación en el Mercado de Capitales. Por el otro lado, la certeza de no contar con el interés de los inversores en los instrumentos bursátiles desalienta por completo cualquier intento de los emprendedores de fondearse en el Mercado de Capitales.

Esta ecuación genera una situación de "loose-loose", en la que todos pierden, ya que ninguna regulación férrea, ninguna proclama regulatoria a favor del "inversor" pueden suplir la falta del elemento cohesionante y elemental para la existencia de empresas cotizando e inversores invirtiendo: el crédere, el crédito, la confianza indispensables para el desarrollo y evolución de cualquier mercado.

Los intercambios voluntarios entre individuos, según la escala de valoración propia de cada uno de ellos, son los únicos elementos que pueden garantizar el resultado exitoso del crecimiento y el desarrollo. Si esos intercambios no pueden ser realizados en un marco de libertad, y a los menores costos de transacción posibles, ningún juego normativo impuesto ni por el más voluntarioso y "benevolente" regulador puede incentivar la cultura bursátil.

La transparencia y eficacia en la transmisión de información que permite la cotización bursátil, mediante el sistema de precios libremente pactados en su seno son muy difíciles de lograr por fuera del mismo. De ahí la importancia de instaurar la seguridad jurídica como sistema institucional, y marco de acción de empresas e inversores, de modo tal de fomentar la creatividad e innovación, canalizarla a través del emprendedorismo y facilitar la creación de empresas (organizaciones) en las cuales resulte rentable invertir, por la eficiencia que demuestren en la creación de ganancias.

* http://www.berkshirehathaway.com/2009ar/2009ar.pdf

** http://www.nyse.com/about/listed/lc_all_overview.html

*** En todo el 2009 la BCBA reportó una capitalización bursátil total de $ 2.184, 25 Millones (o un equivalente de aproximadamente U$S 568 Millones), y un volúmen diario de acciones operado promedio de $46 Millones (o un equivalente aproximado de U$S 12 Millones) http://www.iamc.scba.com.ar/informes/Anuario/an2009.pdf